4.8 Pues si os comunicáis en los bienes inmortales, ¿Cuánto más en los mortales?
Entre quienes estamos comunicados? Cuáles son esos bienes? Los bienes mortales como figura de los inmortales. Los cristianos tenían en común las cosas de la tierra porque tenían en común todas las del cielo
Epístola de Bernabé 19.8 -> Comunicarás en todas las cosas con tu prójimo, y no dirás que las cosas son tuyas propias, pues si en lo imperecedero sois partícipes en común, ¡Cuánto más en lo perecedero!
Implica Comunión de los santos en la cual cree la iglesia.
Algunos hermanos separados creen en alguna manera de comunión con los santos del cielo, pero de un modo limitado. O no creen en la intercesión, o no creen en que sus méritos nos ayuden o directamente no creen que puedan oírnos. Otras sectas en la “dormición” del alma, donde esta no sabe ni entiende nada hasta que es “despertada” en la resurrección y otras religiones aún más peligrosas creen en la extinción del alma luego de la muerte, muy al estilo de las religiones orientales
La comunión de los santos en la Biblia
Heb 12:22-23 En cambio, vosotros os habéis acercado al Monte Sión, a la ciudad del Dios vivo, la Jerusalén celestial, y a miríadas de ángeles, a la asamblea gozosa y a la Iglesia de los primogénitos inscritos en los cielos, al Dios Juez de todos, a los espíritus de los justos que han alcanzado la perfección,
El cristiano en el bautismo entra en comunión con toda la ciudad de Dios y sus habitantes
Dios el juez de todos
Los ángeles
Los espíritus de los justos que han alcanzado la perfección (la iglesia triunfante)
La iglesia de los primogénitos inscritos en los cielos (la iglesia peregrina)
No menciona a la iglesia purgante, pero sabemos que la iglesia interpretaba varios pasajes del NT como alusivos al purgatorio como hemos visto en el segundo video de la serie sobre la Didache
La comunión de los santos en la Tradición
Algunos protestantes dicen que esta doctrina de la comunión de los santos aparece mencionada por primera vez en el siglo 5. Pero como siempre decimos, es por la mala interpretación de la Biblia que tienen los protestantes
Clemente de Alejandría
Para probar que “los justos que han alcanzado la perfección” es referencia a la iglesia triunfante basta considerar lo que San Clemente dice sobre ser “perfecto”
Stromamta 4.14.3. En verdad, llamamos perfección al martirio, no porque el hombre alcance el fin de la vida como los demás, sino porque ha dado prueba de una obra perfecta de amor
San Cipriano, quien expone explícitamente la comunión de méritos (De lapsis 17);
Creemos ciertamente que mucho valimiento tienen ante el juez los merecimientos de los mártires y las obras de los justos;
Orígenes habla de
la comunión de los cristianos con los ángeles en Sobre la oración 31
la fuerza de la caridad en sobre la oración 11
explica sobre el poder unificador de la redención de Cristo en sus homilías sobre levítico 4
También San Juan Crisóstomo en su primera homilía sobre la penitencia: “¿otro ha pecado y debo yo expiar?”
Tertuliano, quien habla de “esperanza, miedo, alegría, aflicción y sufrimiento comunes” Sobre la penitencia 9-10
San Hilario, quien da la Comunión Eucarística como medio y símbolo de la comunión de los santos (en Sal. 65(64),14)
San Ambrosio habla del el “thesaurus ecclesiae”, con precisión (De poenit. I.15; De officiis, I, XIX)
San Agustín. Los mártires se ofrecen ellos vicariamente en martirio por los creyentes. la “Ciudad de Dios” necesariamente corresponde la “unidad en la caridad” (De unitate eccl., II), que contiene en una unión real a los santos y ángeles del cielo (Comentario a salmos, 36,3-4), a los justos de la tierra (De bapt. III.17), y, en menor grado, a los pecadores mismos, los “putrida membra” del cuerpo místico; solamente los herejes, cismáticos y apóstatas están excluidos de esta sociedad de los santos, aunque no de sus plegarias (Serm. 137).
También la Biblia habla de “ofrecerse a sí mismo” o “sacrificios vivos” pero los protestantes solo lo entienden como algo “simbólico” sin efecto alguno o beneficio real para otros en el más allá. No entienden “el tesoro de la iglesia”
Tener un “tesoro en común” de los bienes terrenales es solo un símbolo de tener un tesoro en común de los bienes espirituales (las buenas obras depositadas en el banco del cielo).
Así como en la tierra el rico sostenía con sus riquezas al pobre, así en el cielo, el rico en buenas obras sostiene y provee por su efectiva intercesión para el pobre en buenas obras.
En la tierra cada uno será juzgado por cómo administró sus bienes, pero sin duda que el pobre recibió bienes de los ricos y debió administrarlos bien y por ellos será también juzgado.
Didaché 1.5 Pues si recibe por estar necesitado, será inocente; más el que recibe sin sufrir necesidad, tendrá que dar cuenta de por qué recibió y para qué.
Así en el cielo cada uno será juzgado por sus propios méritos, pero recibe de la asistencia de los ya presentes en el cielo y debemos administrar bien lo que se nos concede por su intercesión.
2 Mac 15.14 ‘Este es el que ama a sus hermanos, el que ruega sin cesar por el pueblo judío y por la Ciudad Santa. Es Jeremías, el profeta de Dios’.
2 Mac 15.12 (Judas) había visto a Onías, antiguo jefe de los sacerdotes. Este, con las manos levantadas, estaba orando por toda la comunidad judía.
La comunión entre la Iglesia del cielo y la de la tierra
Nos enseña el catecismo de la iglesia católica:
954Los tres estados de la Iglesia. «Hasta que el Señor venga en su esplendor con todos sus ángeles y, destruida la muerte, tenga sometido todo, sus discípulos, unos peregrinan en la tierra; otros, ya difuntos, se purifican; mientras otros están glorificados, contemplando “claramente a Dios mismo, uno y trino, tal cual es”» (LG 49):
955 “La unión de los miembros de la Iglesia peregrina con los hermanos que durmieron en la paz de Cristo de ninguna manera se interrumpe. Más aún, según la constante fe de la Iglesia, se refuerza con la comunicación de los bienes espirituales” (LG 49).
956La intercesión de los santos.
«No lloréis, os seré más útil después de mi muerte y os ayudaré más eficazmente que durante mi vida» (Santo Domingo, moribundo, a sus frailes: Relatio iuridica 4;
957La comunión con los santos.
«Nosotros adoramos a Cristo porque es el Hijo de Dios; en cuanto a los mártires, los amamos como discípulos e imitadores del Señor, y es justo, a causa de su devoción incomparable hacia su rey y maestro; que podamos nosotros, también, ser sus compañeros y sus condiscípulos (Martirio de san Policarpo 17, 3: SC 10bis, 232 [Funk 1, 336]).
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